No se si a ustedes, mis duchos lectores de este sacrosanto blog, les pase lo que a mi, pero este maldito cambio de horario de verano (ver-ano, o sea mirar traseros), me trae con transtornos del sueño; amén del méndigo calor veraniego que, como antesala del infierno, no me deja dormir en paz.
La gente que me conoce dirá que soy un exagerado, pues siendo oriundo de un lugar con sol, arena y mar (ya parezco Luis Miguel), no soporto este maldito clima tapatio, tan caliente y exasperante que irrita mi sensible pasión por joder a quien enfrente se me ponga.
Y bien, si este horario de verano nos hace pensar que el dia dura más, tambien nos predispone a pistear, pues a quién no se le antoja una chela para mitigar la sed, que este horrendo clima, nos hace tener.
En fin, no es una queja, pues no tengo a quien demandar, a menos que Dios tuviera una oficina de quejas, y aun así, mi queja no tendria eco, pues con tanto sacerdote pederasta demandado, tendria que hacer cola en dicha oficina de quejas.
Asi que mejor me resigno al calor y espero con premura la llegada del invierno ( o de mi muerte por deshidratación, lo que ocurra primero).
Ahi se ven.